Cuando alguien muere, no muere del todo. El pasado nunca acaba de morir; en él tenemos nuestra patria más segura, y a ella volvemos siempre, sin darnos cuenta. ¿Cómo comunicarnos con los muertos? Mara, has elegido la correspondencia. Tomaste la decisión de corresponder, a través de un libro artístico-epistolar, a los dones a ti entregados por Julio Galán. Correspondes el don de Julio con tu escritura e inicias con este gesto una inmensa relación fundante. Digamos que se trata de una luminiscencia enlutada.
El poeta escribe lo que siente, muestra su visión mediante la Palabra. El empeño, en tu caso, es hacer de la visión, misión. Buscas que la presencia de Galán no se extinga; tampoco los dones que su corazón te dicta y tu memoria preserva mediante compuertas abiertas al pasado. Es así tu poesía, que ya leímos en La teoría de mis voces (2019). Allí la pérdida, el dolor, el duelo, surgieron con brillo de tumbas recién lavadas. Has dado a la poesía lo que exige del poeta: ser ciento por ciento honesto con respecto a la falta, el vacío, la nada. Desde niña lo sabes. Tu consolatio fue el arte. En las figuras artísticas que atisbaste desde temprana edad en la galería de tu padre te reconociste desemejante, inaugurando la incertidumbre de tu interioridad-deseo. Tenías 13 años cuando asumiste que serías víctima de otras pupilas: belleza que sólo quienes poseen el don vislumbran, y en ella se alumbran. En ese decimotercer año de tu vida encontraste a Julio Galán. Al resguardo del candor que habita tu ser, escribes que desde ese instante te enamoraste de él. Intuyo que hiciste tuyo el dolor que Galán te mostró, reflejando cada uno sus vacíos. San Agustín dice: «¿Qué impide al alma recordar la originaria belleza perdida si puede empezar a buscar hasta en sus propios vacíos?». Lo que alcanzo a ver en la cita del santo de Hipona es tu muy personal actitud poética. En entrevista, tu padre, Guillermo Sepúlveda, dijo con respecto a tu libro anterior: «Se trata de un libro duro, poético, profundo. Es un libro donde se habla de los duelos, del dolor, de las pérdidas» (Milenio 14.10.2019).
