Nací en el Norte del país; en un lugar donde se le venera al trabajo, de gente buena y un vasto horizonte desértico, donde construyo mi propia ruta: la poesía y la invención de un sinfín de personajes que me ayudan a seguir escribiendo-viviendo: las historias nunca terminan.

      ¿Mi vida?, se dice que el dolor te hace más fuerte y que los milagros existen en la incertidumbre. A los trece días de mi nacimiento enfermó mi corazón y tuve mi primera operación; sí, siempre recuerdo que mi único escape era la fantasía y para olvidarme del dolor, la morfina y de las heridas. Mi corazón estaba abierto, se podía ver a través de una gaza. A mis tres años, nuevamente enfermé. En la sala de operaciones se me reventaron los pulmones y caí en el estado de muerte.

Escucho voces que hablan por mí y por mi dolor, voces que tocan fibras sensibles del cuerpo que me ha sido prestado para andar en batalla. En ese estado de parálisis, una voz me decía: “Mara, no me tengas miedo, me voy a sentar aquí a los pies de tu cama. Te voy a contar tu historia, para que estés viva, para que sigas aquí, me sigas escuchando y no te vayas. Y mi corazón empezó a latir nada más por el deseo de saber quien iba a ser yo 

La Teoría De Mis Voces.